Otra vuelta como ayer

Otros recorridos 
“El sueño es un fenómeno que sólo podemos ver durante su ausencia.” 
Paul Valéry 

Cristina Fresca construye una narración fotográfica a partir de una historia cíclica revisitada cuyo final abierto es reflejo del incierto futuro. Un carrousel clásico retorna una y otra vez sobre sus huellas ante la mirada atenta de una niña que habita en el recuerdo de la autora. Las imágenes se suceden en un fluir de transparencias articulando distintos tiempos, allí se produce una lúcida visión del presente que conjuga la poética de la artista nutrida de realidades insoslayables y de fervorosos deseos de cambio.

La secuencia de las escenas nos invita a girar junto a la calesita hasta que los contornos se desdibujan, el paisaje conocido se fusiona con elementos no explorados, el movimiento continuo facilita la articulación de fantasías,  recuerdos, deseos y temores. La realidad asoma, insobornable, bajo la forma de tanques de guerra y de aviones de combate, su condición de juguetes viejos no le resta potencia al fantasma de la destrucción que ocupa el escenario. El encuentro con las armas remite a lo traumático de lo real con su carga de crudeza, de angustia de corte, de caída, de pérdida final.

Pero las imágenes crean también un fascinante vértigo en el que se reedita el sueño del premio mayor: la obtención de la sortija, para encontrarse otra vez  con ese peculiar movimiento circular que proyecta al jinete hacia sus propios ensueños de fantásticas aventuras, de historias románticas y heroicas. En ese contrapunto la mirada va y viene entre el sueño y un despertar abrupto.

De pronto, ocurre lo inesperado: uno de los caballos se desprende del grupo e inicia un camino liberador, se desplaza a través del vacío-blanco de un cielo indefinido, abierto como un universo en expansión hacia otras dimensiones, y traza su derrotero, el techo de la calesita pintado con bandas multicolores va quedando atrás, otros corceles se autonomizan y acceden a nuevos cielos, algunos son nocturnos y luminosos.

Otros recorridos posibles atraviesan el blanco, un vacío transitable, con riesgos, se ha vuelta permeable para el ejercicio de la libertad de experimentación. Tal vez sea el inicio de algo nuevo.

En obras anteriores de M. C. F. la niña era acechada por la luz y aparecían cartas manuscritas con lo indecible del recuerdo interferido por el tiempo y recuperado por la experiencia artística. Ahora le ha llegado el momento a la expresión del movimiento constante que anuda los tiempos idos con el presente y anuncia otro futuro, la artista deconstruye para inventar nuevas realidades, desanda el camino de la repetición para inaugurar un futuro Otro.

Una instalación en el espacio de exposición abre y cierra el encuentro del espectador, allí una sortija al alcance del visitante se ofrece como un nexo entre la historia y el azar.

Corinne Sacca Abadi
AACA /AICA