Paradigma del después
Transformar el presente será posible
Una inédita realidad me sorprendió mientras buceaba en mi trabajo artístico pretérito.
Lo que no miramos, el construir juntos más allá de las diferencias, el juego, la certeza de las oportunidades que nos brinda la vida constituye el conjunto de temas de mi producción.
De pronto, al salir a la calle encontré un nuevo uniforme en el rostro de cada persona. Detrás de él parece haber silencios, palabras y sueños postergados.
Comencé entonces a intervenir mis retratos con la imagen del barbijo. Y, a pesar de los cambios acaecidos, volví a recurrir al repertorio conceptual que caracteriza mi trabajo para referirme a esta nueva realidad.
Extendí el juego invitando a mis afectos y a personal de la salud a ser parte de él. Les solicité que me enviaran dos fotos, la primera, un retrato con tapa boca y, la segunda, una imagen donde pudieran representar o imaginar él después de este tiempo.
Mi iniciativa individual se volvió entonces un proyecto de coautoría.
Juntos a la distancia, el presente y el futuro pasaron a ser el motor de esta propuesta como oportunidad para construir, a partir de nuestras singularidades, un tiempo único y especial.
Al recibir los retratos fui buscando ahondar en sus intereses. El intercambio de diálogos me permitió acercarme al sentir de cada uno frente a este inesperado distanciamiento, que provocó múltiples sensaciones y sentimientos.
Busqué transmutar el uniforme de los rostros con el juego pictórico de transparencias y atmósferas buscando la profundidad y el recorrido del tiempo detenido.
El color y la textura evocan sensaciones de cada uno de ellos.
Ambas fotografías, la del momento actual y la de un escenario posterior, forman un díptico donde el tiempo cambia de manera fantástica. En algunos casos, la segunda imagen no está, ese espacio en blanco representa la imposibilidad para muchos de ver más allá, los silencios de un porvenir incierto y un horizonte casi transparente.
A medida que les enviaba las fotos intervenidas, tuve la oportunidad de vivenciar lo que le provocaba a cada uno.
Las miradas sobre el mundo son diferentes, complejas y a veces contradictorias ¿será el momento de poder ver más allá de nosotros?
¿Lo que queda al descubierto en nuestros rostros nos permitirá ampliar el foco de observación y ahondar en los sentimientos?
¿Es posible transformar en belleza lo no tan bello para verla desde otra perspectiva?
¿Serán las pequeñas cosas de la vida las cuales nos posibilitarán volver a otorgarles un significado, atravesar este tiempo y salir fortalecidos?
Transformar el presente será posible.
Cristina Fresca